jueves, 28 de diciembre de 2006

Breve explicación

Creo que lo mejor, antes de nada, es contar un poco mi caso. Y solo lo haré una vez. Espero que mi experiencia con este problema sea útil para los demás, pero también pienso que con escribirlo una vez, es suficiente. Una cosa es ayudar a los demás, y otra es disfrutar hurgando en ello (y no disfruto). Intentaré ser breve.

Me he masturbado desde siempre. De pequeño no sabía muy bien lo que hacía, pero sí sabía que si rozaba mi prepucio con las manos, las piernas, etc., eso me daba placer.

En la adolescencia, todo era normal, pero ahí ya empecé a torcerme un poco. Casi repito curso por masturbarme por las tardes, que estaba solo en casa, en lugar de estudiar. Como entonces no había internet, lo que hacía era grabar en vídeo fragmentos que me excitaban de la tele; azafatas de concursos, presentadoras, concursantes, escenas de películas... lo que pillase.

Después creo que me moderé. Hasta aquí tal vez todo era "ligeramente" normal. Quién sabe.

Pero la llegada de internet a mi vida además de un nuevo mundo muy útil, me facilitó la adicción a masturbarme.

Al principio me excitaban las cosas más sencillas, simples fotografías de mujeres desnudas, pornografía "light", o erotismo.

Pero lógicamente, eso llegó un momento en que no era suficiente. Paralelamente, accedía a chats con el fin único y exclusivo de mantener conversaciones excitantes. Estas conversaciones estaban totalmente del lado de la fantasía, pero yo traspasé cualquier límite, si es que no lo había pasado ya anteriormente.

Me excitaba intercambiar fotografías en las que apareciesen conocidas mías. Me excitaba lo prohibido. Enviaba fotos de mi madre, de mi hermana, de amigas, de mi pareja, de quién fuese. Era precisamente el saber que ellas eran "mías" lo que más me excitaba.

Y en cuanto a la pornografía en sí, llegué a un punto a intercambiar archivos que sin excitarme en sí mismos, me excitaba el acto de intercambiarlos en sí. No puedo decir que me gustase, en absoluto. Eran archivos que habitualmente no tenía más de una tarde en mi posesión. Luego lo borraba.

A mí lo que me excitaba en este aspecto era el sentimiento de hacer algo prohibido. Lo que iba en esas fotos me importaba un pimiento. Incluso me repugnaba... Pero no podía parar.

Nunca tuve intención de dañar a nadie, claro. Al menos yo puedo decir eso. No todo el mundo lo puede decir. Soy inofensivo, salvo para mí mismo.

Hace unos meses, el día de mi cumpleaños, intenté suicidarme. Me faltó el canto de un duro.

Mi plan era sencillo. Esperar un tren que pasase sin parar en la estacion, cualquier mercancías. Cuando viese la tremenda locomotora pasar a toda velocidad, solo tenía que saltar delante del tren. Y todos los problemas acabados.

Sí, todos los problemas acabados... Pero también todo lo bueno que hay en mí, y creo que hay bastante. Creo que hay más bueno que malo en mí.

¿Debía dejarme llevar por mi lado maldito?

¿No sería mejor combatir este lado?, ¿Vencerlo y eliminarlo al final?.

En ello estoy. Desde mayo o junio voy a una sicóloga, y lo que pensaba que sería imposible, después de toda mi vida haciéndolo, resulta que lo consigo. Puedo controlar mi obsesión por masturbarme.

No hablamos de masturbarse en la ducha, o a media tarde en el baño.

Hablamos de masturbarse durante 10 horas seguidas, eyaculando 5 ó 7 veces. Poner el despartador para ver películas pornográficas a las tantas en cadenas locales, o para masturbarme a primera hora antes de ir a trabajar (y durante una hora o dos, llegando tarde al trabajo, encima).

No quiero más. No. Voy a demostrar que yo soy mejor que... yo mismo.

¿Merece la pena echar la vida por la borda por culpa de la masturbación?

En absoluto. Sería como ser alcohólico, drogadicto.

Me venceré. Me estoy venciendo.

Y seré la persona más feliz del mundo.

Continuaré. Y os aseguro que esto será útil para vosotros, los que tenéis el mismo problema que yo.

Un abrazo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Y ya te ha dicho pa psicóloga de dónde puede venirte la adicción?

El Ayudante dijo...

Posiblemente, el estrés. Una manera de obviar la realidad que nos rodea. Pero es un error evadirse así. La masturbación tiene que ser un método natural de gozar el sexo con uno mismo, no una sustitución del sexo en pareja, y nunca una evasión de la realidad.

Y claro está, no es lo mismo masturbarse 10 minutos para relajar tras un duro día de trabajo, que hacerlo durante cuatro horas para no pensar en el trabajo.

Muchas gracias por tu comentario!!